Hoy se celebra el Día de la Tierra, y lamentablemente pocos saben de este hecho, otros sólo se colgarán del gran evento, que debería ser, y habrá quiénes se inclinen por alguna noticia tan vanal como la vida íntima de un cantante, actor, deportista, etc. Ignorando ésta.

Hemos olvidado que habitamos un mundo que no nos pertenece, que nunca nos ha pertenecido y que pese a quién le pese, nunca nos pertenecerá, hemos llegado aquí por un mero accidente, geográfico, genético, no lo sé, lo que si me queda claro es somos visitantes de esta enorme y maravilloso hogar, y que como visitantes nos compete cuidarlo, respetarlo y dejarlo listo para las futuras generaciones que, como nosotros, llegarán a este mundo.

La Gaia

La Gaia es una teoría que en términos muy simples define a la Tierra como un sistema viviente con una  interrelación con todos los seres vivos que habitan en ella. La característica principal, considero yo, es la participación de cada organismo para mantener ese equilibrio, en este proceso participan:

  • La biosfera,
  • La atmósfera,
  • Los océanos y la
  • Tierra

Todos dentro de un sistema retroalimentado para conseguir un entorno físico y químico óptimo para la vida en su conjunto en el planeta en donde los organismos se reproducen, controlan y adaptan basándose a los cambios ecológicos que va sufriendo el sistema de acuerdo a su evolución.

Ahora bien, ¿qué pasa cuando un elemento no hace lo que por naturaleza le corresponde para dar continuidad a ese bienestar?, indudablemente rompe esa armonía y cruza el umbral de ser parte colaborativa del nicho a un mero parásito, lamentablemente, nosotros hemos cruzado ya esa línea y hemos dejado que nuestra nuestra naturaleza humana conduzca al hecatombe, no sólo al propio ser humano, sino a todos nuestros compañeros de viaje.

Considero que aún es tiempo de actuar, no dejar a que los demás hagan lo que nos corresponde hacer a todos.

Termino con la siguiente reflexión de Carl Sagan

Hay mundos en los que nunca nació la vida. Hay mundos que quedaron abrasados y arruinados por catástrofes cósmicas. Nosotros hemos sido  afortunados; estamos vivos, somos poderosos, el bienestar de nuestra civilización y de nuestra especie esta en nuestras manos. Sino hablamos nosotros en nombre de la tierra, ¿quién lo hará?. Si no nos ocupamos de nuestra supervivencia, ¿quién lo hará?

Hagamos lo que nos corresponde.

Recomendaciones

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *