Hay ciento noventa y tres especies vivientes de simios y monos. Ciento noventa y dos de ellas están cubiertas de pelo. La excepción la constituye un mono desnudo que se ha puesto así mismo el nombre deHomo sapiens. Esta rara y floreciente especie pasa una gran parte de su tiempo estudiando sus más altas motivaciones, y una cantidad de tiempo igual ignorando concienzudamente las fundamentales. Se muestra orgulloso de poseer el mayor cerebro de todos los primates, pero procura ocultar la circunstancia de que tiene también el mayor pene, y prefiere atribuir injustamente este honor al vigoroso gorila. Es un mono muy parlanchín, sumamente curioso y multitudinario.

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El ser humano a lo largo de su historia ha formado diversas relaciones con los animales, caracterizandose todas ellas por el beneficio unilateral, lógico favoreciendose el Homo sapiens, las diveras relaciones pueden clasificarse en los siguientes tipos:
  1. Presas (Victimas): Debido a su naturaleza exploradora y oportunista, el mono desnudo tiene una lista de presas realmente inmensa. Ha matado y se ha comido en ciertos lugares y momentos, casi todos los animales dignos de mención.
  2. Simbioticos: Se define a la simbiosis como la asociación bológica de dos especies diferentes con un beneficio mutuo. A este respecto el mundo animal nos ofrece muchos ejemplos, sin embargo cuando nosotros somos miembros de esta simbiosis, el beneficio mutuo tiende a inclinarse sensiblemente a nuestro favor. En esta relación no existe víctima ni verdugo, solamente especie explotada y el explotador (que invariablemente resulta ser el ser humano).
  3. Competidores: Cualquier especie que compita con nosotros, disputndose comida o espacio, o se interfiera en el curso normal de nuestra vida, es despiadadamente eliminada. Huelga hacer una lista de tales especies. Virtualmente, todo animal no comestible o simbioticamente inútil es atacado y exterminado.
  4. Parásitos: Su futuro parece aún más tenebroso con el progreso de la ciencia médica, la fuerza de los parásitos decrece velozmente. Y esto supone una nueva amenaza para todas las otras especies, pues al extinguirse los parásitos y mejorar nuestra salud, aumenta enormemente la elocidad de crecimiento de nuestra población y se acentú la necesidad de eliminar a todos los competidores de importancia secundaria.
  5. Rapaces: En realidad nunca hemos sido el alimento preferido de ninguna especie, y, que sepamos, jamás se ha visto nuestro número sensiblemente reducido por los animales carniceros. Pero los grandes carnívoros, como los félidos y los perros salvajes, los miembros mayores de la familia de los cocodrilos, los tiburones y las más roustas aves de rapiña, nos han atacado de vez en cuando y por ende, sus días estan contados. Esta categoría también esta en decadencia.

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Post publicado el: 5 de noviembre del 2008

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