No puedo negar la cruz de mi parroquia, dirían en mi muy añorado pueblo, y es que a pesar de vivir desde hace un buen tiempo en la capital no ha cambiado mi gusto por la música popular mexicana, conocida en el bajo mundo como Música Grupera, así entre ese mar de intérpretes, algunos buenos, otros regulares y otros que ni merecen mención, hay una canción del tipo “esa no porque me duele”, su nombre es Hasta la Miel Amarga de Los Tiranos del Norte, cuyo fragmento dice así:

…Si naciste, mi vida para que yo te amara, te amare hasta la muerte aunque me condenara.

Hasta la miel amarga, cuando el  amor se acaba, cuando se apaga el fuego se nos congela el alma…

y para aquellos que han osado reírse por el título, aquí les dejo esto:

…eres azúcar amargo delirio y pecado un cofre de sorpresas llegas, me besas y eres azúcar amargo un ángel, un diablo…

Fragmento de la canción Azúcar Amargo de la intérprete de la música del género pop mexicana de nombre Fey, que por cierto existe una película homónima, desconozco si existen otros títulos similares. Bueno, a lo que voy es que  la aparente dualidad de lo dulce-amargo no está nada alejado de la realidad, quizá lo que Fey y los Tiranos del Norte, así como mucha gente, ignoren son dos cosas.

  • Primera: No todos los azúcares resultan ser dulces, pues existen algunos carbohidratos (grupo de moléculas a la que pertenece el azúcar) que pese a su naturaleza implican ser amargos y otras que sin tener ninguna relación con los carbohidratos son dulces, tal es el caso del cloroformo (CHCl3). El azúcar de mesa o sacarosa es un carbohidrato compuesto por dos más simples; glucosa y fructosa, lo que da como resultado una molécula compleja, aunque no tanto, que en forma resumida es: C12H22O11

azucar

  • Segunda: Al parecer, la propia azúcar que consumimos y que resulta agradable al gusto, por existir una zona sensible a este sabor, y que en condiciones incontroladas o patológicas, resulta dañina, no es en realidad lo dulce que parece ser, sino que por un proceso adaptativo ha llegado a ser utilizada por los animales como una fuente de energía rápida y accesible.

Referencia:

  • Curtis, H., 1985. Biología 4º ed., México: Editorial Médica Panamericana.

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