Quién haya leído El Nombre de la Rosa de  Umberto Eco  sabrá seguramente a lo que me refiero con el título del post.

Al iniciar  mi lectura de este libro, hace ya algún tiempo, vino a mi mente un pasaje de mi niñez cuando con mi hermano mayor asistíamos al cine a la función de la Matiné, término que casi ha quedado en desuso, pues bien después de muchos años supe lo que significa este término, que junto con vísperas y prima conforman el Horario Canónico (Horae canonicae) de la Edad Media.

Durante esta época se dividía el día de 24 horas en las siguientes:

  • Maitines (Vigiliae); corresponde de las 2:30-3:00 de la madrugada.
  • Laudes (Matutini); Entre las 5 y 6 de la mañana concluyendo al rayar el alba.
  • Prima; Hacia las 7:30 y poco antes de la aurora.
  • Tercia; Hacia las 9
  • Sexta; Mediodía
  • Nona; entre las 2 y 3 de la tarde.
  • Víspera; Hacía las 4:30 de la tarde, al ponerse el sol.
  • Completas; Hacia las 6 de la tarde.

 Navegando por la red encontré un artículo muy interesante intitulado La medida del tiempo en la Edad Media. El ejemplo de las crónicas cristianas de   José Ignacio Ortega Cervigón en el que explica que cada tres horas las campanas de las iglesias monásticas anunciaban el rezo correspondiente:

  • Maitines: Medianoche (o 24 horas)
  • Laudes: 3:00 mañana
  • Prima: 6:00 mañana
  • Tercia: 9:00 mañana
  • Sexta: Mediodía (12 horas)
  • Nonas: 3:00 de la tarde (15 horas)
  • Vísperas: 6:00 de la tarde (18 horas)
  • Completa: 9:00 de la noche (21 horas)

La división del día en siete partes tiene su origen en el Salmo V, en el que se lee: «Siete veces al día te alabaré«, y también se lee a medianoche me levantaba para darte gracias.

Al realizar una comparación con la división encontrada en el libro de Umberto Eco se observan algunas diferencias, y esto se debe básicamente a que este tipo de horario  no era rígido y se amoldaba a las estaciones, particularmente al verano y al invierno.

Esta división de la jornada diaria ha pervivido aún en pleno siglo XXI para diversas órdenes religiosas y en nuestra vida cotidiana, aunque algunos conceptos han cambiado su apreciación, entre las palabras que hoy en día persiste son:

  • Matiné: Esta palabra fué utilizada por vez primera al rededor de 1140 y transformada a Maitine en 1343  y que proviene del latín Matutinum (Matutino) «hora de la mañana«. Por lo tanto decimos Matiné y Matutino tienen un mismo origen y una misma aplicación, por la mañana.
  • Víspera: Término utilizado por vez primera al rededor de 1220 y proviene del antiguo Viéspera y éste del latín que significa «la tarde y el anochecer«, de aquí se desprende la palabra Vespertino. La utilización actual es para referirnos al día que antecede inmediatamente al de hoy.

Por cierto,  el 7 de enero de 1579 inicia la lectura de la cátedra de prima de medicina por el Dr. Dn. Juan de la Fuente.

    Dejo este texto, no se para quién, este texto, que ya no sé de qué habla Stat rosa prístina nomine, nomina nuda tenemus (de la rosa nos queda únicamente el nombre).

    Umberto Eco

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